Mi marca personal y el sentido de esta vida – o un simple «¡hola!»

Hola, muy buenas, y bienvenidos.

He aquí el cuarto paso en la elaboración y búsqueda de mi marca personal. El tercer paso fue hacerme una cuenta de Instagram – podéis buscarme, me llamo igual que en el resto de redes. Ahora, tras ser aceptado en la cada día menos hipster tribu de los que comparten fotos, me toca crear un blog.

Antes de continuar, avisar que esta entrada (y muchas de las que vengan más adelante) serán muy I, me mine: los que me conocen saben que poco me socializo y esta es una gran herramienta para poder abrirme ante el mundo protegiéndome tras la pantalla del ordenador. Haciendo trampas, digamos.

Comienzo un blog por diversas razones. La primera, para cumplir propósito de no-sé-qué-año-nuevo – ya sabéis, cosas que dices hacer y no haces hasta años más tarde, como ver El Padrino. La segunda, para compartir de una vez todo aquello que siempre quiero compartir y que no me atrevo a hacer cara a cara. Y la tercera, y no menos importante, por recomendación de mi amigo y coach profesional Doc Pastor en pos de mi marca personal.

Vamos a aclarar algo el concepto, ya que es la tercera vez que lo menciono: llamamos marca personal como aquello que nos define como persona extrapolado al ámbito profesional. Nuestro trabajo, aquello que ocupa la mayor parte de nuestro día a día (aunque su fin no siempre sea económico) es lo que nos acaba definiendo por naturaleza. Al fin y al cabo cuando te preguntan quién eres, tu profesión es algo que ha de estar dentro de esa definición y, por lo tanto, ha de ser significativo y revelador de tu forma de ser y de estar, de lo que te gusta, de lo que eres hábil y de lo que sientes.

Somos una marca en cuanto a que todo lo que hacemos tiene huella, para bien o para mal, y nuestro producto es lo que nos dará de comer o definirá nuestras relaciones mañana. Trabajar tu propia marca (en lo que haces y por qué, en lo que muestras y cuando, en lo que la gente percibe de ti) es necesario para poder conocerte y estar seguro y bien contigo mismo. Claro, si no estás bien contigo mismo, que eres con quien más rato pasas, tu dirás.

Conocer y aplicar tu marca personal, cual beagle orinando en su esquina habitual, es ahora mismo en mí crucial para conocer el sentido de la vida. Y es que hoy, aunque los Monty Python ya me habían dejado bastante claro lo que todo quería decir, el Dr. deGrasse Tyson me lo ha dejado algo más.

«¿Cuál es el sentido de la vida? Creo que la gente hace esa pregunta bajo la suposición de que el sentido (o significado) es algo que puedes buscar y, claro, encontrar. […] Y no considera la posibilidad de que el sentido de la vida es algo que uno crea.» – Dr. Neil deGrasse Tyson

Esto, explicado a un niño de seis años. Un genio donde los haya. Un hombre al que admirar y del que aprender. Aquí el vídeo.

Pues eso,

besos y abrazos.

Sergi Páez

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